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  En el número 70 del Bloque J-1, uno de los nichos del Cementerio Municipal de Santa Mariña, reposan desde la mañana de este miércoles los restos mortales de María Socorro da Silva. Casi un mes depués de que fuera recuperado su cadáver de las aguas del Embalse de Cabanelas en el río Avia, se cierra, al menos por ahora, una historia de tesón y esfuerzos sin el premio de lograr la repatriación de su cadáver o, al menos, la vuelta de sus cenizas a su Brasil natal. Sobre la tumba, la madre de María Socorro prometió a su hija cuidar "con tanto amor" a su nieta como lo hizo, mientras pudo, de la ahora fallecida.
 
 
En el 70 del Bloque J-1 de Santa Mariña reposa ya el cadáver de María Socorro da Silva
26 de MARZO de 2009: OURENSE DIXITAL
 
Medio centenar de personas, en su gran mayoría inmigrantes frustrados por ver como finalmente no se había podido lograr aquello por lo que habían venido trabajando con tan poca tregua como ayuda, despidieron al mediodía de este miércoles a María Socorro da Silva, la joven brasileña de 26 años a la que dio muerte un prejubilado de Cenlle que espera en la cárcel que se aclaren totalmente los hechos y el correspondiente juicio.

 


Por decisión de la titular del Juzgado de Instrucción de Ribadavia, los restos mortales de María Socorro da Silva no han vuelto a Brasil sino que permanecen en Ourense ante la necesidad de tenérsele que practicar más pruebas si el esclarecimiento total de los hechos así lo determina. Sin embargo, esto no consuela ni a la madre, María Lindalva, ni a mujeres que como Sandra y Lidia se pusieron a la cabeza del colectivo de inmigrantes dispuestos a lograr su repatriación.
De ahí que el acto de despedida del mediodía de este miércoles no estuviera exento de una sensación de impotencia compartida por algunos de los presentes.

El Concello de Ourense habilitó un nicho del Cementerio de Santa Mariña, el número 70 del Bloque J-1 del camposanto municipal. Sobre la tumba, la madre, María Lindalva, prometió de viva voz cuidar "con tanto amor" a la hija que María Socorro dejó en Brasil, como, dijo, la cuidó a ella mientras pudo.
La mujer continuará en Ourense el tiempo preciso para resolver un aspecto que ahora ya tiene claro, presentarse como acusación para lo que reclamará abogado de oficio y no dejar de luchar por conseguir lo antes que pueda la repatriación del cadáver de su hija.
De momento, aquí se queda la histora de María Socorro da Silva.

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