Usuarios de los autobuses urbanos denuncian en escritos situaciones que califican de "anómalas", aún cuando "son fácilmente subsanables", que se producen en algunas líneas del carrito de esta ciudad. Son situaciones, aseguran, muchas de ellas puestas en conocimiento incluso del propio concejal García Mata, pero que, por ahora, siguen sin solucionar.
Tal es el caso de la Línea 13 A, la Palmés-Residencia, cuya última para se produce en el mencionado destino final, en la calle Ramón Puga a la altura del Complejo Hospitalario. Sin embargo, este y otros autobuses que finalizan aquí sus trayectos, recorren unos 500 metros más hasta la rotonda existente en la carretera de Rairo a la altura de la Urbanización Peñaredonda, para dar la vuelta. Pese a ello, en ningún momento se contempla la posibilidad de que el viajero pueda llegar hasta este punto, el punto final real del trayecto, donde existe incluso la reglamentaria parada de bus de otras líneas.
Así lo denuncia a Ourense Dixital un ourensano que el pasado día 19 de este mes, pese a vijar con un bebé practicamente recién nacido y diluviando, no logró que el conductor se ablandase y accediera a llevar a su familia hasta esta rotonda. A la familia sólo le quedó hacer a pié el camino mientras constataba como el autobús volvía cuando ellos aún iban.
Desde la concellería de Infraestructuras su titular, Andrés García Mata, señala que todas estas quejas y propuestas tienen su cauce y su proceso, que ninguna se deja de atender, considerar y estudiar, pero que son los técnicos los que determinan al respecto.
Sin embargo, previo al posicionamiento del edil, este vecino ya aconsejaba al concejal García Mata "rectificar", asegura que el asunto "se le comentó en varias ocasiones", y que "el problema sigue igual". |
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