La aparición de una olla express de aluminio en cuyo interior se hallaba depositado material explosivo conectado a un despertador, ha suscitado bastante desconcierto en la comarca de Valdeorras, especialmente en Vilamartín donde se asienta la pizarrera contra la que iba dirigida la acción, así como en el sector de la pizarra de esta comarca. A estas alturas nadie considera ya la posibilidad de que pudiera tratarse de una macabra broma, y de que la detonación fijada para las tres de la tarde del pasado sábado fuera un amago en vez de un fallo en el mecanismo como se inclinan a pensar los especialistas requeridos para desactivar el mecanismo.
La desactivación del artefacto se produjo pasadas las cinco de la tarde, más de dos horas después del momento fijado para la explosión por quienes habían preparado la olla repleta de material explosivo.

Mientras se aguardan los resultados periciales del material incautado por el equipo de desactivación que se encargó de los trabajos, se constata la enorme fortuna que tuvieron los trabajadores de la pizarrera cuando abrieron la olla express de aluminio y se encontraron con el despertador, los cables y la sustancia gris que pareció ser pólvora en un primer momento.
Fue a raíz de esto cuando se dió la voz de alarma a la Guardia Civil, y el Equipo de Desactivación de Explosivos de Pontevedra se trasladó al lugar de los hechos para desactivar el artefacto e incautarse del mismo, labor que se realizaba en torno a las cinco y media de la tarde.

La planta de "Pizarras Gallegas, S.A." se ubica a pié de la Nacional 120, a mano derecha en sentido a O Barco de Valdeorras, en una zona relativamente despoblada aunque muy cercana a dicho vial. Los efectivos de la Guardia Civil procedieron a cortar el tráfico y desviarlo por carreteras secundarias en un tramo de dos kilómetros y medio de dicha carretera nacional mientras duraron los trabajos de desactivación.