Este lunes está previsto que agentes de la Policía Local de Ourense completen la evaluación de las tareas de poda de las ramas de un árbol, que emprendió al mediodía del pasado sábado un vecino de la ciudad. Provisto de motosierra, escalera, ayudante, tijeras de podar y los pertrechos adecuados para la tarea y la ocasión, el inocente vecino se dispuso a realizar por su cuenta y riesgo la poda que le parecía pertinente y, además, necesaria. Cuando alertados los viandantes, la Policía Local y el concejal de Medio Ambiente por el ruido de la motosierra se le paró la poda y se le preguntó las razones, aseguró que de no cortar él las ramas se vendrían abajo. Ahora desde el Concello de Ourense etiqueta la acción del vecino de "acto vandálico", al menos según declaró el responsable de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, a algunos medios de comunicación.
El mismo edil comparó esta acción con la recientemente ocurrida en un parque de Mariñamansa, y se anuncia la incoación del correspondiente expediente sancionador para el autor de tan peculiar como insensata poda.
Sin embargo, independientemente de que desde el Concello de Ourense digan sorprenderse por este tipo de acciones, no es la primera vez que algo así sucede, lo mismo que intervenciones arbitrarias y particulares sobre jardines de la ciudad llevadas a cabo por vecinos con absoluta impunidad.
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