Los presidentes de varias de las doce asociaciones firmantes de la moción de censura presentada el pasado día 29 de marzo contra la cúpula de "Limiar", reconocieron este martes que tendrían que pasar "al menos algunas horas" para poder asimilar lo ocurrido durante las tres horas que duró la tumultuosa y peculiar asamblea de la tarde-noche del lunes. Aunque coincidían en que "algo habrá que hacer para apear a esta gente de la comisión y de la presidencia", en clara alusión al presidente, Manuel Carnero.
La asamblea finalizó abortando el intento de debate y votación de la moción de censura, verdadero móvil de la convocatoria asamblearia. Según el presidente y los integrantes de la Mesa, la Federación no dispone de indicaciones estatutarias lo suficientemente claras y concisas a este respecto, por lo que el presidente consideró que no procedía abordar el mecanismo.
Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los representantes de las asociaciones promotoras de la moción, que llegaban a este momento después de soportar "muchas cosas raras, comenzando por el orden del día" en lo que iba transcurrido de asamblea.
De hecho, la reunión arrancó con un discurso del presidente que no venía al caso, y que Manuel Carnero cerró pidiendo brevedad a todos los demás después de consumir el 30 minutos en su monólogo. Sin embargo, le siguió otro del vicepresidente de duración todavía mayor, 40 minutos, y que muchos de los presentes consideraban que venía tan al caso como el del presidente.
Cumplida una hora larga de asamblea sin que se tocara el principal argumento, fue cuando Manuel Carnero descartó debatir siquiera la moción de censura.
Otro de los aspectos propuestos por la directiva y fuertemente contestado por los críticos, fue la pretensión de dejar sin efecto las dos anteriores asambleas relativas, precisamente, a la designación de representantes de "Limiar" en la asamblea de la Cogave, detonante inicial de la moción de censura. Los promotores de la moción se opusieron vehementemente a esta pretensión de Manuel Carnero, que inmediatamente calificaron de "ilegal" y "maniobrera".
La asamblea estuvo plagada de descalificaciones y acusaciones entre los dos bandos, denunciando los críticos la existencia de "una campaña perfectamente orquestada y diseñada para desestabilizar cualquier intervención nuestra, con provocaciones que llegaron hasta lo personal". |
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