Una hectárea de eucaliptos se bebe 140.000 litros de agua al día y secaría el nacimiento del Limia
 
El centenar de eucaliptos que amenazan el nacimiento del Limia necesitarán dentro de unos meses unos 3.000 litros de agua al día. Hay sitio para plantar una hectárea, y entonces se beberán unos 140.000 litros. El Limia no nace con tanta agua. Se le llama "el árbol egoista" y el "chupa", y el franquismo lo plantó en su día para desecar humedales. Tendría algún sentido si ocurriera más abajo, donde ya Franco desecó hace años A Lagoa de Antela.
 
 
 
 
 
11 de MARZO de 2013: LIMIA DIXITAL

"El eucalipto es una verdadera bomba de extracción de agua del subsuelo", afirmaba en 2008, escandalizado, Fernando Hirando, director de la Estación Biológica de Doñana ante el anuncio de una plantación masiva de eucaliptos en este Parque Nacional.
En una hectárea de plantación de esta especie entran 1.400 eucaliptos, que necesitan 42.000 litros de agua al día.

Conocido también como "el árbol egoista" y "chupa", se estima que, dependiendo de la edad y el tamaño del árbol así como del clima, un eucalipto de unos 3 años precisa entre 20 y 40 litros de agua al día. Es decir, una media de unos 30 litros de agua al día.
Llegado el momento, el centenar aproximado de eucaliptos que ahora mismo se hallan en torno a la surgencia del Limia, consumirían unos 3.000 litros de agua de dicha surgencia. Lo que ahora mismo constituye y una amenaza real.
De completarse la plantación en todo el terreno ahora mismo apto para ello, el nacimiento del Limia difícilmente podría sobrevivir.

En la época del franquismo, el eucalipto fue empleado en los proyectos de desecación de numerosos humedales debido a la esa gran cantidad de agua que requieren para su desarrollo. No es tal el caso donde se produce la agresiva plantación del monte Talariño, si acaso bastante más abajo. Sino fuera porque Franco ya desecó la Lagoa de Antela.
El eucalipto representa un competidor esquilmante para la tierra y el resto de flora. Los problemas que acarrea esta especie son incluso mayores que los que ocasionan las plantaciones de pinos. Se trata de una especie exótica procedente de Australia que provoca la destrucción de la fauna y de la flora nativa, lo que se debe a sus compuestos terpérnicos que tienen un alto poder antigerminante anulando el desarrollo embrional de las semillas que puedan caer en el suelo y también la flora bacteriana y fúngica, convirtiéndolo prácticamente todo en estéril.
Las madereras sigue negando todos estos efectos negativos y sostienen que plantar eucalipto es mucho mejor que tener pastos, por ejemplo, pero el impacto ambiental está garantizado.

 
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