Dos que no son uno más uno
 
10 de MAYO de 2011: OURENSE DIXITAL

Inicio de semana con subidón de la temperatura de campaña.
Debe ser cosa de los 9 de mayo. Hace un año, tal día como hoy ADEGA llamaba “irreflexivos” y “provincianos” a los vecinos de Barrocás que se oponían a los hortos ecolóxicos, e “imbéciles”a los que se oponían a la ZEPA de A Limia; el PSOE de Barbadás denunciaba que Freire Couto, el alcalde, guarda el autobús eléctrico que compró en China en el bajo de su casa; y en la capital se pedía a Núñez Feijóo que cesara a su prima, doña Eloína, en la Gerencia del CHOU.
Este 9 de mayo Rosendo Fernández le ha llamado al candidato socialista “perdedor” y “alcalde en funciones”, después de que Rodríguez viniera a decir que Rosendo Fernández es como si no viviera en esta ciudad o no se entera, y que aquí el candidato del PP realmente es Núñez Feijóo.
Lo de Rodríguez con el caso africano de los alcaldes que duran un año, luego les cortan la cabeza, la tiran al aire y el que la pilla ¡premio! y alcalde por un año..., eso que cada uno juzgue.
Es posible que hasta aquí también le haya afectado el subidón del 9 de mayo al, por lo general, prudente y mesurado Francisco Rodríguez.
Juzgue cada uno.

Y en estas, se libran de la refriega y pasaron por el cuarto día de campaña de puntillas dos: la candidata del BNG con su campaña discreta y puntual, barrio a barrio, acto a acto, sin estridencias y pocas fotos; y el único candidato a la Deputación de Ourense, José Luis Baltar, hecho ya a perderse por cualquier rincón de la provincia a razón de unos cuantos actos al día, y con marcada tendencia a aparecer cuanto menos mejor en los de Rosendo Fernández en la capital.
Las campañas de Baltar nunca fueron las del candidato de la capital, ni con Cabezas ni con Poly, y menos lo van a ser ahora cuando con Rosendo Fernández las expectativas aún pintan peor. Para colmo, cuanto peor pinten las cosas para Rosendo Fernández más se la juega el barón y su sucesión en el resto de la provincia. La salvación pasaría por su continuidad en la Deputación de Ourense, por mantener el PP el gobierno provincial, y que el hipotético fracaso en la capital no arrastre a los baltares a la longa noite de pedra de la que tanto habla el ex alcalde de A Merca.
Cuestión de supervivencia.

En los cuatro días que van de campaña ha transcendido con absoluta claridad el nerviosismo existente en la cabeza de la lista del PP ourensano entre los uno y dos. Rosendo y Baltar Pumar no se sienten cómodos. El candidato de la Deputación tiene que mirar continuamente por el retrovisor por si el aspirante al sillón de la Alcaldía se le descuelga, demasiado gregario para tan poco jefe de filas, evitar convertirse en el centro de atención de los periodistas y en el objetivo de las preguntas, combatir que la atención de cualquier comparecencia acabe siendo él y sus respuestas en vez del candidato a la alcaldía y su discurso, por lo general, poco ocurrente.
Ya pasó el viernes, 6, el primer día de campaña, no me invento nada.
Era una señal manifiesta de que en el PP, ahora más que nunca, ahora más que antes, hay dos campañas, la de Rosendo Fernández en la capital, y la de Baltar Pumar para la Deputación en el conjunto de la provincia.
Y es posible que el padre trabaje con la convicción de que si el futuro político de los baltares pasara exclusivamente por los resultados de Rosendo Fernández en la capital, políticamente podrían estar muertos justo el 22-M.

 
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