El milagro  
11 DE MAYO DE 2007

A unos metros solamente del Parque de San Lázaro, en la Alameda, el candidado socialista ensayaba otra vez con el juego de palabras, y volvía sobre aquello de que "o candidato do PP ten demasiado pasado como para ter futuro". A unos metros solamente de la Alameda, en el Parque de San Lázaro, de repente le aparecía a Poly todo su pasado político en forma de Cabezas. Resucitaba del olvido (demasiado prematuro, debe pensar él), cual ave fenix de sus cenizas, Manuel Cabezas, el predecesor de Poly, junto a su señora, por si ya fuéramos pocos. Milagro, señor, todavía no era Fátima y el PP ya tenía el suyo.

Él sabrá, Poly, que a mi me da igual, si en estas debe aplicarse aquello de líbreme dios de mis amigos que de mis enemigos me libro yo, o si por el contrario la reaparición

 
 
de Cabezas han de entenderlo los populares como algo favorable para la candidatura del PP. Pero teniendo a metros sólamente a uno de sus adversarios empeñado (lleva días) en que Poly tiene demasiado pasado como para tener futuro, es obvio que lo más prudente es colocar el pasado (máxime cuando todavía es tan reciente) lo más lejos posible.

No deja de ser sorprendente el milagro de la aparición de Cabezas. Lo expliquen como lo quieran explicar. Cabezas es mejor orador que Poly, tiene mucho más bagaje político, mucho mejor discurso, pero a Cabezas ni le gustaron nunca las aglomeraciones (los mítines por ejemplo) ni lo suyo fueron jamás las campañas electorales. ¿A qué viene entonces ahora su interés por ésta si, según él, sigue estándo tan ocupado viajando a Madrid y atendiendo a su empresa en esta ciudad?.
Aunque quizá la pregunta debiera formularse de otra manera. Es decir, ¿cuántos y de cuántas maneras desde dentro quieren tumbar a Poly como sea?.
Lo pueden explicar como les de la gana, pintarlo de naranja o de rosa si quieren, pero es obvio que más de uno en el Partido Popular está empeñado en ponérselo muy fácil a los adversarios políticos del candidado popular. Atesorar con hechos, con pruebas, con la evidencia, que el pasado de Poly viaja con él a los barrios, a los mítines, a las asociaciones de vecinos de esta ciudad, quizá cercenando su futuro, como dice el candidato socialista, o recordando, simplemente, que Poly no es exactamente Enrique Novoa sino una especie de cociente residual del candidato del Partido Popular.

   

Hace pocos días la socialista María Quintas iba más allá, y ampliaba la herencia de los desaciertos urbanísticos de la era Cabezas a Enrique Novoa calificando a Poly de "colaborador necesario de la corrupción". Es decir, instrumento y correa de transmisión de los intereses y los desmanes de Cabezas. Es obvio a poco que exista sólo un atisbo de sentido común, que sólo queriendo tratar de la peor forma posible las opciones reales que el candidato del PP pueda tener por mantener la alcaldía, puede aparecer en escena Manuel Cabezas.
Es de tal calibre el desacierto que así Poly incluso dá pena.

 
 

Lo pueden explicar como les de la gana, pintarlo de naranja o de rosa si quieren, pero es obvio que más de uno en el Partido Popular está empeñado en ponérselo muy fácil a los adversarios políticos del candidado popular.