La prática totalidad de los algo más de 600 militantes del PSdeG-PSOE de Ourense afines a la corriente de Izquierda Socialista, continúan al margen del partido desde que hace cinco años el secretario gallego de Organización del PSdeG-PSOE, Antón Louro, anunciara la disolución del Partido Socialista en la capital ourensana.
El hecho de que muchos ni siquiera fueran llamados, junto a la subida operada en las cuotas mensuales del carné de afiliado, ha hecho que muchos de ellos, especialmente los más veteranos, desistan actualmente de darse de alta en la sede de General Aranda de la capital ourensana.

 
 
 

A veces votan los muertos

 
05 de MARZO de 2007 : — 67

El veterano socialista de quien os hablo pero cuya identidad omitiré porque ni tengo permiso para revelarla ni me lo perdonaría si lo hiciera, es un votante confeso del PSOE, activista con los de fuera pero especialmente crítico dentro de casa.
Me explico: los socialistas como él, de antes, durante y después de la Guerra, rozan lo beligerante incluso cuando entienden que la refriega dialéctica llega desde el otro bando , pero se confiesan cuando tienen la certeza de que el otro es, siquiera, neutral. Que es el caso.
El veterano socialista de quien os hablo se confiesa de Izquierda Socialista por activa y por pasiva, habla con desprecio de un tal Antón Louro que llegó un día a esta ciudad para declarar extinto al Partido Socialista ("pero

 
 
quién coño é ese señor para vir aquí a matar un partido con tantos anos de historia"), sigue sin comulgar con la dirección del partido en esta provincia porque no se fía de Pachi Vázquez, y admite que lo han vuelto a llamar pero que no pasará por General Aranda porque su pensión no le da para pagar las cuotas del PSOE.
Al veterano socialista de quien os hablo tampoco es que le entusiasme, precisamente, el candidato, Paco Rodríguez, aunque también admite que ese es mal viejo: "sempre fomos malos de contentar". Cuestiona la forma de hacer oposición los años en los que O noso Paco lleva ejerciendo "porque se lle deixou ao PP que fixera o que lle petou", y admite que tiene la misma poca fé en la candidatura socialista que tenía hace cuatro años.

Casi tan poca fé y tantos cientos de reproches como le hicieron una inmensa mayoría de los algo más de 12.000 ourensanos que el pasado 25 de mayo de 2003 acabaron votando al PSOE. Aquellos votos por los que el díscolo Antonio Troitiño felicitó públicamente a sus excompañeros, y explicó diciendo aquello de que "esto prueba la fidelidad del votante socialista en Ourense, que votó a Paco Rodríguez igual que hubiera votado a la Mula Francis de haberla puesto el partido al frente de la lista socialista".
El domingo, 28 de mayo próximo, el veterano socialista de quien os hablo tiene claro que volverá a votar al PSOE y a Paco Rodríguez: "eu teño un compromiso co meu pai, ao que lle prometín que sempre votaría ao partido polo que o mataron no 36".
Ante argumentos de este tipo, todo lo anterior se desvanece. A veces es como si votaran los muertos legítimamente.