El Partido Galeguista logró meter en el Simeón de la capital ourensana la tarde-noche del martes, 27 de febrero, a unas 500 personas. Es decir, había más de pié que sentados sobre un aforo del salón que roza las 200 personas.
Tan invitados casi como los asistentes, el presidente y el secretario del Partido Galeguista, Xabier González y Manuel Soto, respectivamente.
Jugaban en casa Antonio Troitiño, el candidato, y, por supuesto, Fran Cougil, el jefe de todo el tinglado.

 
 
 

El show de Troitiño

 
01 de MARZO DE 2007 : — 71

Uno sigue teniendo serias dudas de si tan sorprendido como uno mismo de aquel tinglado, no lo estarían los jefes del Partido Galeguista que habían venido para apoyar a su candidato. Es decir, Xabier González y el compañeiro Soto.
Me temo que sí.
Ahora mismo uno sigue teniendo sus dudas de si los socialistas ourensanos siguen teniendo el suficiente capital humano como para permitirse el lujo de prescindir de tanto activo como han dejado en la cuneta.
La diferencia que existe entre el Troitiño de hace ahora cuatro años y el de este 2007, no son sólo las siglas con las que se presentan (antes Socialistas por Ourense, ahora Partido Galeguista), sino también que a las Municipales de 2003 Troitiño llegaba siendo diputado provinicial y edil en el Concello de Ourense. Ahora, por contra, no es un político en activo sino en el paro. Es un handicap más con el que tiene que cargar. Y no es poco lastre.

El acto del martes, 27 de febrero, fue precisamente una consecuencia más de la situación del líder y candidato. Es preciso poner de nuevo a Troitiño en circulación. Por mucho que él crea que no ha perdido comba ni proximidad a la ciudadanía por el sólo hecho de ser asiduo a unas cuantas tertulias de la televisión local, otros saben que no es así. Por eso el acto del martes, 27, fue tan distinto a cómo comenzó la campaña de hace cuatro años. Y por eso ahora han empezado antes, entre otras cosas.
De todo eso sabe Fran Cougil, su lugarteniente y hombre de confiana, el armadanzas de todo este tinglado, uno de esos activos a que el Partido Socialista en Ourense se ha permitido perder y, lo que es peor, no recuperar jamás.

Si pudiéramos extrapolar tanto como los políticos se permiten cuando les conviene es decir, tanto como les da la gana, podíamos establecer que cada uno de los que asistió al acto necesita otros cinco que llevarle a Troitiño a las urnas el 27 de mayo para salir elegido. Es decir, quinientos por seis, tres mil.
Aunque pueda parecer una tontería y una simpleza, os aseguro que algunos políticos como Baltar operan los sistemas que conducen a las victorias mediante fórmulas tan simples o más que ésta. En consecuencia: de la magnitud que tiene el dato de los 500 que asistieron al show de Troitiño, da cuenta el hecho de que los 68.000 votos obtenidos por el PP en el 2003 exigirían para mantener la proporción, más de 11.000 personas asistiendo a similar acto del candidato Poli Novoa.

No es lo mismo, claro que no: Trotiño busca uno, un escaño, el suyo por supuesto, puede decirse que incluso les llega con uno y esperar a que la suerte de los demás sea, en realidad, la suya. Es decir, les caiga una bisagra del cielo. Su jugada es más simple.
El caso es que ahora mismo, con tanto por delante, lo del 27 tan temprano y un 46% de voto indeciso en las encuestas de hace sólo unos días, Troitiño y los suyos, se llamen como se llamen, se han vuelto a meter en el partido.