Con mucha diferencia, el IBI, el Impuesto de Bienes Inmuebles (o la contribución, como todavía muchos lo denominan), sigue siendo la principal fuente de ingresos del Concello de esta ciudad. En 2018 supondrá 34 millones de euros. Aún con la rebaja de unos 3 millones que supondrá reducir dicho impuesto un 10%, el Concello de Ourense recaudará por los derechos del suelo en el que se ubican los inmuebles de los ourensanos 4 millones de euros más que todo lo que le ingresará el Gobierno de España y la Xunta de Galicia (Transferencias Corrientes): 29,9 millones.

Si el IBI es un negocio muy rentable, pues el Concello nada (muy poco a lo sumo) ha de gestionar (y menos invertir), la segunda fuente de ingresos del contribuyente es la gestión de la basura: 8,7 millones de euros prevé ingresar en 2018. Le sigue el suministro de agua, que generará 5,4 millones de euros en las arcas municipales. De lo que se concluye también que las concesiones de ambos servicios a Ecourense y Viaqua son las que más volumen de dinero mueven.

Le siguen por volumen de recursos generados el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica, que aportará a las arcas del Concello otros 4,5 millones de euros. Y, en quinto lugar por cuantía económica, las plusvalías por las que el Concello calcula ingresar otros 3 millones. Lo que equivale a que entre IBI e incremento del valor de los terrenos, el Concello recaudará 37 millones de euros en 2018 no haciendo nada o, a lo sumo, muy poco.

En sexto lugar se colocan los ingresos que generará la aplicación de un precio público, el del Transporte Urbano: 2,3 millones de euros a cuenta del bus (que sitúa su coste por encima de los 2,6 millones, al sumarle a dicho ingreso la aportación de 340.5000 euros del Estado). Por detrás se sitúan los 1,6 millones previstos en ingresos del Impuesto de Actividades Económicas y los 1,5 millones que calcula el Gobierno de Vázquez Abad que ingresarán en 2018 las arcas municipales por multas y recargos por demoras en los abonos del contribuyente.