Uno de cada tres gallegos (medio millón en total) marcharon a Hispanoamérica en la segunda mitad del siglo XIX. Escribía Marcos Valcárcel hace unos días (mayo de 2006) en su blog ( http://www.asuvasnasolaina.blogspot.com ) sobre la emigración gallega y señalaba que sin entender la emigración a América no se puede entender la historia de Galicia. Lo mismo se puede aplicar al tratar de construir la historia de la respuesta a la enfermedad mental en Galicia: necesitamos conocer qué ocurrió en la orilla hispanoamericana .
Mucho se ha escrito en estas semanas sobre vida y obra de Manuel Lugrís Freire, autor homenajeado no Día das Letras Galegas del 2006. Lugrís fundó con Armada Teixeiro y dirigió el primer periódico escrito integramente en gallego. Era “A Gaita Gallega”, que se editó en La Habana entre 1885 y 1889.
Precisamente una noticia del periodico habanero “A gaita gallega”, del 13 de diciembre de 1885 nos da la excusa para hablar de una historia de un ourensano en La Habana de fin de siglo XIX. Una historia de nostalgia y emigración con sonidos de gaita gallega como ahora veremos.

 

Camilo Martínez, de 22 años y natural de A Peroxa-Ourense, era un soldado internado en el Hospital militar de San Ambrosio en La Habana en 1885. El hombre estuvo en estado cataléptico por un lapso de 14 meses. Ocasionalmente estornudaba o tosía y murmuraba algunas palabras. Se anotó en su hoja clínica que algunos meses antes de este episodio de trance, el paciente había sido herido y sufría una extrema depresión que se atribuyó a la nostalgia por su patria. Luego comenzó a desarrollar ataques catalépticos intermitentes y temporales, que culminaron en el episodio de 14 meses de inmovilidad.

 


Diagnosticado por los médicos de catalepsia por nostalgia, tras largos meses en estado catatónico “sale” de su estado de locura mediante una prescripción terapéutica poco habitual: Un “gaiteiro” tocando muñeiras y fandangos con gaita gallega a la cabecera de la cama del enfermo, al tiempo que le hablaban además en gallego. Como el “cataléptico” peroxano comenzaba a mejorar y comenzaba a moverse siguiendo la música con las manos, según Lamas Carvajal llegaron a ser tres los gaiteiros ourensanos tocando a pie de cama del enfermo: uno de Ribadavia, otro de Valdeorras y otro de Penalba.
Su caso fue inicialmente reseñado en periódicos cubano-gallegos como “Galicia Moderna” en agosto de 1885 (“El Cataléptico del Hospital Militar”). A las pocas semanas Valentín Lamas Carvajal, atento a todo lo que ocurría en el mundo periodístico, lo recogió en “O tío Marcos d´a Portela” en un artículo irónico y sarcástico titulado “A gaitoterapia”. Precisamente este artículo es el que a su vez retoman Lugrís y Armada Teixeiro y lo reproducen en la portada de “A gaita gallega” unos meses después (13-12-1885).

“Iñórase quén foi, non se sabe a quén lle deu por alí, nin quén xuncras pensou na gaita gallega para empregala como meiciña; pro foi o caso que cando a catalepsia dempois de estrozar os nervos iba esparexéndose astra pola cana dos osos, xa canso de tocar o violón, e lonxe de ir á botica foise onda un gaiteiro, que pola mañanciña cedo....soltou ós ventos os malancónicos acordes dunha alborada. Como por arte de encantamento, levou o cataléptico as maus ós ollos. A múseca da terriña, cicais espertando aquel adormecido espritu, fíxolle o efeuto que non fixeran astra daquela tódalas meiciñas do mundo” (Lamas Carvajal, “A Gaita Gallega”, 13-12-1885).

 

En octubre de 1885, en “Galicia Moderna” daban noticias siguiendo todavía el caso. A esas alturas de la historia ya había intervenido también el Centro Gallego de La Habana , sufragando los gastos para que al enfermo peroxano se le pudieran aplicar duchas de hidroterapia en el establecimiento privado “ La Quinta del Rey” ya que no disponían de ellas en el Hospital Militar. No sabemos a día de hoy cómo termina el caso. Tampoco si quedará memoria del caso en la “Sociedad de Naturales de La Peroja ” que al menos hasta 1970 existía como tal dentro del Centro Gallego de La Habana.
Pocos años más tarde el caso del cataléptico da Peroxa también mereció ser recogido en el famoso libro de Gould&Pile, titulado ”Anomalies and Curiosities of Medicine” (1900).

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Decir que las circunstancias del caso transcurren en primavera-verano de 1885, momento en el cual tampoco había grandes avances en el mundo de la psiquiatría, la neurología y la psicología. Freud aún empezaba a desarrollar su vida profesional, no había medicamentos efectivos y la estructura asistencial tampoco era la más desarrollada ni en La Habana ni en Galicia. El Manicomio de Conxo se abre en el verano de 1885, al tiempo que el cólera arrasaba en España y llamaba a las puertas de Galicia como ya otro día contamos en estas páginas. Respecto al diagnóstico de “catalepsia por nostalgia”, decir que tratar de saber a qué diagnóstico de la medicina actual lo podríamos englobar es complicado. A plicar diagnósticos de hoy en día a pacientes de hace un siglo y medio puede ser una falacia categorial. El concepto-constructo de “nostalgia”, siempre en la órbita de los trastornos afectivos, aún está en plena revisión e investigación hoy día por autores como Van Tilburg, quien en su grupo de los Países Bajos desarrollan investigaciones en el esfera de la psicología y la psicometría. Con la catalepsia - que pueden ser casos de patología neurológica pero también psicosis o melancolías graves- podemos decir lo mismo que antes (aquí es obligado citar los trabajos del catedrático de psiquiatría de Cambridge, el británico-peruano German Berrios).

Concurre en este caso un aspecto poco estudiado por la psiquiatría y la psicología como es el de la musicoterapia, que desde la Antigüedad fue usada como terapia para las alteraciones del estado de ánimo y que hace unos años fue motivo de un extenso trabajo por uno de los Dres. De Castro, de la saga médica de las tierras de Entrimo de la que ya dimos noticia en otra entrega. En los “Anuarios da Gaita” que me facilitaron los de la Escola Provincial de Gaitas no contemplaban este aspecto ni tampoco había referencias históricas del caso, salvo en uno de los trabajos sobre “La gaita flamenca y el mundo pictórico de Brueghel” (Anuario da Gaita, 2002, nº17). Firmado por Luis González apunta unas interesantes conexiones a explorar ya que en las obras del pintor Brueghel hay varias referencias a la relación entre los gaiteiros y la curación de las enfermedades mentales en el siglo XVI en Europa. El autor ya demandaba que algún profesional de la psiquiatría o la psicología avanzase algo más sobre la supuesta musicoterapia de la gaita. Poco más podemos avanzar hoy en estas líneas, pero hay que decir que tal vez sea un área de expansión o conexión de la Escola de Gaitas con el mundo sanitario en un momento en que la musicoterapia asiste a un renacer en nuestro país como disciplina en los últimos años pero al tiempo ya se han ido colando muchas melodías en quirófanos, nidos de maternidades y escuelas. Se ignora cómo consiguen actuar pero lo cierto es que parece la música tener capacidad para disminuir el dolor, reducir el estrés, ayudar a niños con problemas de autismo o mejorar la memoria.

 

 Centro Gallego de La Habana

MIGRACIONES Y SALUD MENTAL: Del IX al XXI

Si en vez de suceder los hechos en 1885 hubiera sido en 1888, tal vez Camilo Martínez hubiera sido internado en “ La Benéfica ”, la Casa de Salud que se abre en ese año bajo los auspicios del Centro Gallego de La Habana (creado en 1879). La Casa de Salud “ La Benéfica ”, que ofertaba asistencia sanitaria a todos los asociados pronto se convirtió en la institución más importante de la colectividad gallega emigrada a Cuba.

El fenómeno migratorio siguió siendo una constante en el primer tercio de siglo XX y seguirá preocupando a las autoridades sanitarias gallegas. En las Jornadas Médicas Gallegas, celebradas en Lugo en 1933 tuvo lugar la conferencia sobre “Problemas sanitarios que plantea la emigración e Inmigración en Galicia”, cuyos autores fueron J. Souto y Julio Freijanes Malingre entre otros. Proponían ya en 1933 medidas preventivas y de protección del emigrante antes de la salida, durante la travesía y al llegar al país de origen, así como unas elaboradas conclusiones en torno a las causas de la emigración (“la principal causa es el desequilibrio económico producido por la desproporción entre la población y la riqueza explotada”).Aportaban los datos asistenciales de los años 1923-1933 suministrados por el Dr. Esterino de los servicios médicos del Centro Gallego de La Habana (tenía unos 70.000 socios en ese momento): Por tuberculosis (7269 casos), sífilis (2994 casos) y enfermedades nerviosas y mentales (2821 casos). En esa línea también iban las preocupaciones de las Comisiones Gestoras de las Diputaciones Gallegas quienes en octubre de 1931 en un documento que envían al Presidente del Consejo de Ministros solicitándole ayuda económica para adquirir el Manicomio de Conxo; señalan que con la compra del mismo se pudiera tener atención para “los numerosos dementes que en la actualidad esperan turno para ser ingresados y los que la repatriación de América arroja como tristes residuos de un vivir de penalidades y privaciones”.

Estos trabajos acerca de la relación entre salud/enfermedad mental y emigración de los años 30 del siglo XX suponen un acercamiento pionero al tema en Galicia, que será después continuado ya muchos años más tarde por Cabaleiro Goás, y más recientemente por otros profesionales gallegos (Santiago Lamas, Emilio González, Jorge Luis Tizón, etc ¼ ). Las últimas aportaciones en este campo en la Galicia del siglo XXI son las últimas aportaciones de Emilio González sobre el caso del llamado “El Caballero de parís”, un emigrante de Lugo que se convirtió en loco oficial de La Habana y sobre el que ya alguna pista había dado Neira Vilas. Destacar también el trabajo de Santiago Lamas en su “Galicia Borrosa” (2004): un libro de ensayo que dispara en multitud de direcciones, y que salta de las emociones al paisaje, de la saudade al cérebro o al “asegún” pasando por la arquitectura, el urbanismo , el duelo y la identidad de los gallegos (y asimilados).

Cabaleiro, la higiene mental y los problemas psíquicos de la emigración

En Ourense se celebra en 1967 el “Seminario de Higiene Mental” en el cual la parte central del Seminario va a ser la ponencia "Problemas Psíquicos de la Emigración ” presentada por Manuel Cabaleiro Goás y por Morales Asín. Cabaleiro incide en una problemática de tipo clínico asistencial grave que Ourense presentaba en ese momento, los trastornos psíquicos derivados de la emigración. Es un trabajo que surge de una práxis asistencial que conectaba con la realidad socioeconómica, pues es en ese período cuando en Galicia se produce la salida de oleadas de emigrantes hacia Centroeuropa. Tampoco faltan referencias a la "morriña", a la "saudade" y la nostalgia.
Cabaleiro, hijo de emigrante en Cuba durante treinta años, nunca olvidará el tema de la emigración, volviendo a él una y otra vez. En 1972, vuelve a impatir conferencias y seminarios en torno al tema de la emigración en foros muy diferentes. Así, por ejemplo, participa en Noviembre en un ciclo de conferencias invitado por la delegación Diocesana de Vigo de la “Comisión Católica Española de Migración”, disertando sobre “Psicología y psiquiatría de la emigración”, y compartiendo cartel entre otros con Xosé Manuel Beiras quien da la charla sobre “Efecto global de la emigración en el desarrollo de Galicia”.

Algunas PREGUNTAS y REFLEXIONES

Terminamos aquí con algunas preguntas respecto al caso de la “Gaitoterapia” y para las que tal vez nunca tengamos respuesta aunque la investigación continúa activa en este momento: ¿Qué fue de Camilo Martínez?, ¿Hay memoria o recuerdos sobre este paisano en su tierra natal de A Peroxa?, ¿Qué proceso morboso tenía?, ¿A quién se le ocurrió probar con el gaiteiro a la cabecera del enfermo?, ¿Sabemos algo de ese gaiteiro? Tal vez debieran investigarlo los de la Escola de Gaitas, o los autores cubanos del documental “Os últimos gaiteiros de La Habana ” (Premio Internacional de Periodismo Rey de España 2004).
Este caso curioso nos puede servir además de ejemplo para dos cosas.

Una de ellas, más en la línea historiográfica, para tratar de abordar el estudio de la problemática sanitaria y psiquiátrica y la respuesta que se dio a la comunidad de gallegos emigrantes a Hispanoamérica. Hace más de un siglo muchos de nuestros compatriotas emigrantes presentaban similares situaciones de tristeza, soledad y dificultades de adaptación que las que hoy en día presenta la inmigración en España. Vamos así del siglo XIX al XXI en esta España con inmigración creciente, y que representa un desafío asistencial para los servicios sanitarios (entre ellos los de atención a la salud mental). Nos vale también para hacer una llamada a la reflexión sobre cómo trabajamos con el bagaje social y cultural que terapeuta, institución y pacientes comparten en el momento de relación clínico-asistencial.
Esto que hoy exponemos se conexiona por muchos puntos con otro caso que nos relataba La Voz de Galicia en octubre de 2004. Una señora de Noia, residente durante años en Miami, con sus sesenta y muchos vivía sola en la ciudad pero mantenía contactos habituales telefónicos con su familia gallega. Tras un atraco con agresión que la lleva a sufrir episodio amnésico-disociativo, queda semimutista y sin poder ser confirmada su identidad. Al final queda aparcada y perdida si identificar en los pasillos de una residencia para enfermos y ancianos de su propia ciudad. Nuevamente la música interviene en esta historia de nostalgia, soledad y migración. Cantaba y musitaba una y otra vez las mismas canciones...Canciones del grupo noiés de los Tamara (Pucho Boedo y los Tamara) fueron la que llevó a su familia, algunos de los cuales pertenecían al grupo de músicos Los Tamara, a dar con ella en la búsqueda y rastreo que hicieron durante muchos meses junto con la embajada española y el cónsul en Miami. Cuando ya la daban por perdida tras un año desaparecida, un dato que les aporta por teléfono un empleado cubano de una residencia de ancianos de Miami les pone en pista segura: tenían una señora de identidad no filiada, de rasgos físicos similares y que continuamente cantaba canciones como “De Santiago vengo”, “Galicia Terra Nosa”....- ¡¡ de los Tamara ¡!-. De seguro que los médicos WASP (blanco, anglosajón, protestante) de Miami no conocían ni el castellano ni el gallego ni supongo que tampoco a los Tamara.

 

                                                    David Simón Lorda            

                                                             Doctor en Medicina                 
                                                        david.simon.lorda@sergas.es