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Ambigüedades AVE
 
Por GRINGO VIEJO
 
 
 
3 de MARZO de 2011: OURENSE DIXITAL

Por fin este miércoles los populares ourensanos fueron felices. Son felices, ayer, hoy, mañana..., hasta que llegue otro de Santiago que diga ¿todo lo contrario?, podría ser.
Todo, lo que es exactamente todo, no, porque de eso se trata, de la ambigüedad. Esa gran ceremonia de la confusión, de ganar tiempo, de confundirlo todo, de ni si ni no sino todo lo contrario, del digo pero no acabo de decir...

Hace una semana pasó por Ourense Agustín Hernández, y en medio de una enorme expectación porque pudiera decir lo que los populares venían pidiendo a gritos, dijo, si acaso, todo lo contrario.
Este miércoles justo a la inversa: Feijóo dijo lo que los populares querían escuchar.

Tampoco es que Feijóo haya dicho gran cosa. En realidad poco en concreto. Con un “si es que somos capaces”, que a saber que quiere decir esto, dijo que mejor el AVE enterrado.
Feijóo no dijo siquiera que se lo iban a poner muy duro al Concello y a Fomento, y menos que así, como lo pintan, no firmarán ni la Xunta apoquinará su parte.
Priorizó sobre la llegada del AVE a Galicia en los plazos que marca el Pacto do Obradoiro, para, tras establecer que una cosa es esto y otra el caso Ourense, referirse a esos “algunos kilómetros de vías” donde la postura de la Xunta diverge de la de Fomento y el Concello.
Ambigüedad: si la llegada del AVE a Galicia es prioritario y la Xunta está volcada con ello, ya nos explicará Feijóo como se logra sino dejando que el tren llegue a Ourense y pase por esta ciudad.
Ambigüedad.

Quizá sea lo que le queda a la Xunta y al PP, demorar todo lo posible el proceso, rezar para que los plazos no se cumplan y, si las cosas cambian a tiempo, entonces marcar el ritmo y cobrar dividendos políticos.
No es de extrañar que los socialistas hayan llegado a la conclusión de que “estos lo que quieren es jodernos”, decía uno de ellos este miércoles.

Aún no teniendo tan claro como ellos, el Gobierno de Ourense, que el soterramiento del AVE sea inviable en esta ciudad como dicen los técnicos de Infraestructuras Ferroviarias, que no se pueda hacer y que, en realidad, haya dejado de ser la opción idónea, acabaremos pidiendo a gritos que terminen de una vez y que el AVE llegue como sea a Ourense y a Galicia.
Para lo último es necesario lo primero, eso lo tenemos claro.
Y también empieza a estar claro que las ambigüedades que manejan los populares y a las que este 2 de marzo se apuntó el mismísimo presidente de la Xunta, pueden acabar aliándose con Fomento y los que defienden la opción que maneja el Concello de Ourense.

Puede que unos lo hagan mal evitando el soterramiento y solapando, incluso, el debate que otros reclaman, siquiera, que exista.
Pero otros lo hacen peor reclamando algo que, ante los riesgos que conllevan las ambigüedades en las que se mueven, acabaremos todos por relegar a un plano muy por detrás del que llegue de una puñetera vez.
Porque ¿alguien se atreverá a defender lo contrario, un si no es soterrado que se quede en Madrid, por ejemplo?..

 
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