Se va despejando el camino para la ceremonia de coronación de Baltar Jr. No habrá vía crucis como en el congreso provincial pero el camino es sinuoso. Hubo que utilizar al comité electoral del PP como burda tapadera. Por las razones que sea, José Luis Baltar no ha querido que quede escrito que su hijo recibió la Diputación como legado patriarcal. Así que había que buscar otra boca que dijese lo mismo. No iba a ser precisamente Núñez Feijoo quien abriese el testamento. Tampoco quedaba bien que el presidente provincial del PPdG se autodesignase. El comité de dirección pasó de puntillas sobre el tema limitándose a darse por enterado de la dimisión del virrey. Así que nada mejor que utilizar el comité electoral del partido, un órgano hecho a medida y muy ajustado a los intereses del nene. De esta forma, la “libertad absoluta” de los 15 diputados a la que se remitió Núñez Feijoo ha quedado debidamente coartada. Así las cosas, José Manuel Baltar se enfrenta a una votación secreta con el paraguas de la disciplina de partido y a la espera de si han tenido efecto esos hipócritas guiños de lealtad al presidente de la Xunta. 

Con aquello de “haré lo que diga mi padre” no puede decirse que el baltarismo ha muerto. Puede ser incluso que el neobaltarismo resulte peor. La trama hereditaria junto con complacencia del aparato del PP ourensano en este espectáculo es un mal comienzo de la nueva etapa del PP provincial. En todo caso, presidirá la Diputación una persona con nula experiencia en esos menesteres. Podía tenerla, podía haberse preparado la sucesión institucional trabajando cerca del presidente saliente en los últimos meses. Pero las retribuciones de una vicepresidencia del Parlamento gallego eran más apetitosas, lo suficiente para poner en escena el ridículo cambalache de suplencias.

No menos revuelta anda la Casa Consistorial. La falta de transparencia en el concello de la capital –el mantra de la oposición municipal- le ha abierto una vía de alta capacidad al portavoz del grupo municipal del PPdG, Rosendo Fernández. Esta semana ha sido, por un lado, la inaccesibilidad de datos laborales relativos a contratos, asistencias técnicas y pagos en concepto de productividad y de gratificaciones. Por otro, el punto final de la periodicidad semanal de las juntas de área. A priori, son dos pasos atrás en la participación política, ya deteriorada por el permanente clima de tensión en la Casa.   

Por su parte, el bipartito tiene que asumir que el oscurantismo genera desconfianza y ésta alimenta sospechas directamente proporcionales a la capacidad de falacia de los interesados. Y la oposición aprovecha  -con cierta lógica de su rol- para convertir aquéllas en hechos reales –ciertos o falsos- y transmitirlos a los ciudadanos. Luego buscarán excusas de imbécil cuando alguien les pregunte qué opinan del hecho constatado de que los políticos son considerados por los ciudadanos un gran problema de este país.

También ha faltado alegría en Fitur. Se acabaron los saraos y paparotas que reunían cada año en Madrid a todos los que manejan los fondos y las políticas de desarrollo turístico de la provincia sin resultados visibles. ¿Alguien ha visto o ha oído hablar alguna vez en los últimos 10 años de una memoria de actividades con su correspondiente balance económico del INORDE, del Patronato de Turismo o de la sociedad Turismo de Ourense SA? Eso sí, gracias a la Ley gallega de Transparencia –esa que parece que nadie quiere leer- sí sabemos que la Secretaría Xeral de Turismo le ha dado este año a CEHOSGA –la patronal hostelera gallega- 19.600 euros para gastárselos en un festín llamado Gala de la Hostelería Gallega. Sin dejar de ser una secuela de la borrachera económica en la Administración, la financiación podría pasar desapercibida si no fuera porque CEHOSGA recibió simultáneamente de la administración turística otros 350.000 euros “promoción turística de Galicia”.

Mientras, nuestra provincia ha estado ausente de la hoja de ruta de la –extinta, por fusión- consellería de Cultura: impasible ante el constante expolio del patrimonio religioso, el cierre de infraestructuras -como el Centro de Interpretación Castrexa o la Torre de Vilanova-, la demora de la restauración del Pórtico de la Gloria (anunciada en el 2009),  …

La verdad es que nuestra provincia no tiene mucha fortuna con la clase política. Cuando ya casi habían conseguido deslumbrarnos con la transformación del CHOU en un mega-inno-hospital –una débil cortina de humo para amortiguar las primeras reacciones a la incineradora-, apenas unas semanas después, somos la única ciudad cuyo centro hospitalario es investigado por el Valedor do Pobo por un colapso en el servicio de urgencias.

La otra gran infraestructura que nos han regalado ha aumentado la frecuencia de visitas del conselleiro Hernández. Esta semana ha jurado que la incineradora de O Irixo –alias planta de valorización energética- se implantará con “estricto cumplimiento de la normativa”. ¡Sólo faltaba!, sería la respuesta correcta y ¡Para eso te pagan! la insolente. De todos modos, y por poner dos ejemplos, a la vista de los vertidos delictivos al río Barbaña y la lentitud con que su departamento hizo frente a los áridos contaminados de Manmer en Ferrol –la empresa de Fermín Duarte, el del Porche-, no me da ninguna confianza.

Pero hay un personaje al que no le quedará más remedio que confiar en la Justicia.  El ex presidente del Consejo Regulador de la D.O. Vinos de Valdeorras, Maximino Losada, será juzgado por denuncia falsa y fraude procesal, delitos presuntamente cometidos para así deshacerse de un trabajador incómodo. Su juicio se aplazó. Posiblemente sea condenado e inhabilitado pero, ¿devolverá los 66.000 euros que nos costó a los contribuyentes –fueron sufragados por la Xunta- su capricho personal? 

Los que de momento se irán de rositas son los gestores de la ex NCG. El NGB se sigue cayendo a trozos con más despidos y cierres de oficinas financiados por el FROB. Por si fuera, unos 100.000 clientes “de toda la vida” se han dado cuenta tarde del timo de los 1.280 millones de euros de participaciones preferentes colocadas por lo que queda de la entidad gallega.  Y menos mal que dos poderosas instituciones (Xunta de Galicia y Banco de España) vigilaban.

Pero los hay afortunados. Inundados el país y sus instituciones por operaciones anticorrupción, un respiro para los corruptos: la absolución de Camps. Quienes se rasgan las vestiduras por el fallo popular se olvidan que Mikel Otegi, acusado de haber matado a dos policías a sangre fría, fue absuelto en marzo de 1997 por un jurado popular de San Sebastián porque no era dueño de sus actos. A ver si la próxima vez aprendemos.

Quien nos va enseñar lo que es bueno es Núñez Feijoo. Acaba de anunciar más “recargos solidarios”. Eso sí, se ha mostrado benevolente con los ciudadanos y los aplicará antes de la segunda tanda de Rajoy prevista para marzo. Para que no se nos atraganten. ¡Qué majo! Lo que no entiendo es que si Mariano ha subido el IRPF (con la correspondiente tajada para el tramo autonómico) y ha aplazado las deudas de las Comunidades Autónomas (de 5 a 10 años) cómo aparece de repente en Galicia esta necesidad de más recortes apenas un mes de haber aprobado el presupuesto regional. Y es que ya no quedan muchos más agujeros en el cinturón de los ciudadanos, no sé en el suyo ...