El Concello de Ourense no sólo no cumple la legalidad en materia de seguridad vial, sino que "pone con ello en riesgo la vida de los ciudadanos". Así lo expone una nueva denuncia formulada a raíz de la instalación de pantallas gigantes en la capital ourensana que el Concello no sólo no corrige, sino que parece estar dispuesto a consumar. La denuncia recuerda al Concello de esta ciudad que la normativa que en España rige la ubicación de la señalización vertical se basa en lo establecido en la Convención de Viena, que en su día ya obligó a retirar las controvertidas vallas de los anuncios de glorietas y otros puntos del trazado viario de comportar el menor riesgo de distracción para el conductor.

En Ourense no ocurre así, a criterio de la ampliación de la denuncia que ya se presentó el lunes de la semana pasada, reformulada este mismo lunes, 2 de abril. En el nuevo escrito presentado también por Rexistro del Concello y dirigido al alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, se advierte de que los soportes se orientan hacia los viales de las calles y glorietas, luego dirigidos a los conductores en puntos de "enorme intensidad de tráfico". "Su ubicación está destinada a los conductores que circulan por dichos viales", señala el escrito. En tal caso, se recuerda al Concello que "en ningún caso se autoriza la instalación en una vía pública abierta al tráfico —y mucho menos orientada a los conductores— una pantalla digital de grandes dimensiones, led o digital, con imágenes en movimiento y en color y textos".

Uno de los casos más graves, entiende la denuncia, se produce en la esquina de Avilés de Taramancos con Pardo de Cela, por estar la pantalla intencionadamente dirigida a los conductores que entran en la ciudad y a la altura de un paso de peatones que no dispone de regulación semafórica. En este caso, la denuncia refleja cómo hasta desde siete puntos distintos la pantalla es visible constituyendo en todos ellos un punto de distracción para los conductores.