Un mes —largo— después de su elección, Antón Arias no sólo tiene dividido al empresariado gallego sino que las confederaciones del sur de Galicia acrecientan el distanciamiento con, sobre todo, la de A Coruña. Mientras este lunes la de Pontevedra tenía previsto decidir, incluso, su autoexclusión de la Confederación de Emprearios de Galicia, la de Ourense emitió a primera hora de la tarde un comunicado en el que manifestaba "que no comparte, en absoluto, las declaraciones del presidente de la CEG respecto de la reforma laboral y el empleo".

La CEO de Pérez Canal, más cauta —de momento— que la de Pontevedra, expresaba que nunca dentro de un comité ejecutivo, junta directiva o asamblea de la CEG "se ha llegado ni siquiera a debatir esta cuestión, por lo que consideramos que esta opinión no es fruto de un debate, reflexión y de un consenso dentro de la organización y de sus integrantes, sino que, en todo caso, será una opinión meramente personal y particular del presidente de la CEG". Y añade: "que además contraviene la opinión generalizada de la Confederación Española de Organizaciones Empesariales y de la CEO, en particular".

En tal sentido, añaden los de Pérez Canal, "la reforma laboral ha sido y es un pilar fundamental en la recuperación económica de las empresas, que ha ayudado a la creación de empleo de los últimos años ayudando a cambiar la tendencia de destrucción de empleo, crisis económica generalizada y cierre de empresas que hemos padecido en los años más virulentos de la última y reciente crisis". Al contrario de lo manifestado por Antón Arias a finales de enero pasado, tras su elección como presidente de la patronal gallega, la CEO considera que "debemos continuar profundizando en la reforma laboral y por la senda de la recuperación económica". Y advierte que, a día de hoy, todavía "son imnumerables las empresas que tienen muchas dificultades para continuar con su viabilidad económica y el mantenimiento de sus puestos de trabajo".