Lo que el Club Ourense Baloncesto ganó en las canchas lo perdió en los despachos, y lo que sus directivos lograron y respaldaron las instituciones ourensanas se estrelló contra las decisiones del selecto y hermético círculo que representan los responsables de los clubes de la ACB. La ACB no acepta ni al COB ni al Burgos en su liga, y abre ahora plazo de 15 días para que los que iban a descender, Fuenlabrada y Guipuzkoa Basket, se puedan quedar si en dos semanas atesoran solvencia para continuar en el grupo de los selectos del baloncesto español.

Los directivos de la ACB han puesto sus dedos abajo a la hora de sentenciar a los clubes ourensano y burgalés, y, como suele ocurrir cuando la que se pronuncia es la justicia deportiva, las explicaciones son tan escasas como ambiguas: "deficiencias" en los resultados de la auditoría en el caso del Club Ourense Baloncesto.
El presidente del COB, Antonio Gavilanes, ha expresado al conocerse este viernes la decisión de la ACB su intención de recurrir, incluso a la justicia ordinaria, pero la decisión ya está tomada. Posiblemente con el paso de las horas Gavilanes desistirá, porque el deporte no ve con buenos ojos que sus asuntos vayan a parar a la justicia ordinaria y luego acaba cobrándose este tipo de licencias.

El alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, ha lamentado que el Ourense Baloncesto no vaya a jugar el año que viene en la ACB. Por su parte, en redes sociales el titular de la Deputación ourensana, Manuel Baltar, también se ha expresado dolido por la decisión y al lado del Club en cuantas acciones legales vaya a emprender para defender su legitimidad a jugar en la ACB.
Por lo de pronto, a Ourense no vendrán la liga que viene los más grandes del baloncesto español pese a que el COB se lo había ganado en las canchas y las instituciones también se la habían jugado a la hora de respaldar al Club ourensano.