El hecho de no tener el Concello de Ourense los Presupuestos de 2014 elaborados a tiempo, impedirá que este año sea suficiente para aprobarlos un acuerdo de la Xunta de Goberno Local si en Pleno la mayoría de la oposición los rechaza y vota en contra.
Así lo dispone el último apartado del artículo 1 de la la Ley de 27 de diciembre de 2013 de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que incorpora cambios tendentes a evitar que una mayoría de la oposición bloquee la acción de gobernar de un gobierno en minoría.

El cambio normativo permite que la Xunta de Goberno Local pueda aprobar unos presupuestos cuando previamente hayan sido rechazados por el Pleno al no disponer el gobierno local de la mayoría necesaria. Pero han de darse tres requisitos.
El primero de ellos es que el ayuntamiento tenga un presupuesto prorrogado, precepto que cumple el de Ourense con los de 2012 prorrogados en 2013.
El segundo, que se someta a Pleno el proyecto de presupuesto (Presupuestos de 2014, en el caso de Ourense) y que el Gobierno no consiga mayoría de votos para aprobarlo, extremo que podría darse en las próximas semanas en este Concello.
Sin embargo, es el tercer requisito el que sitúa ya al Concello de Ourense fuera de poder acogerse a la modificación, al menos en 2014.

Establece la modificación introducida en la Ley reguladora de las Bases de Régimen Local, que, además, ese presupuesto se someterá a aprobación dentro del año natural anterior al del ejercicio para el que se aprueba el presupuesto. Es decir, en 2013.
Es entonces cuando la Xunta de Goberno Local queda facultada par aprobar los presupuestos si la mayoría del Pleno los rechaza, siempre y cuando sean los de un ejercicio económico que suceda al de otro con los presupuestos ya prorrogados.
El hecho de que el Concello de Ourense no tuviera los Presupuestos de 2014 a tiempo para agotar en 2013 todo el proceso inherentes a su aprobación, deja a los de Agustín Fernández al margen de poder ahora acogerse a esta modificación y aprobarlos por acuerdo de dicha Xunta de Goberno una vez que la mayoría de la oposición los rechazara en Pleno.

El cambio operado por la Ley busca desbloquear la gestión económica de aquellos ayuntamientos con gobiernos en minoría que, tras funcionar con los presupuestos prorrogados, podrían verse abocados a la cuestión de confianza y al cese del alcalde ante la de la imposibilidad de aprobar sus presupuestos.
Sin embargo, el Concello de Ourense no podrá acogerse a esta modificación que habría facilitado mucho las cosas a los de Agustín Fernández, por no haber hecho, paradójicamente, aquello en lo que la oposición tanto insistió: elaborarlos y tramitarlos en 2013.