Aunque no de una forma tan rotunda como ocurriera el pasado año, el tiempo, la meteorología, volverá a aliarse con los amantes del Entroido este 2013.
Pese a los prolegómenos de un enero marcado por abundantes lluvias, incluso de nieve algunos días, las precipitaciones remiten a partir de este fin de semana y los días fuertes o gordos del Entroido, domingo, lunes y martes, vendrán en el conjunto de la provincia ourensana nunca con más de un 25% de riesgo de precipitaciones.
Así lo establece la norteamericana MeteoGroup, que ya el pasado año, con estos mismos días de antelación, estableció prediciones que se cumplieron en su totalidad.

Sólo el riesgo de precipitaciones, uno de los principales contratiempos de la fiesta entroideira sino el que más, llega al 30% la mañana del lunes. Al margen de esta franja, el resto de los días gordos del Entroido el riesgo de lluvias nunca rebasa el 25% en los casos de Ourense-capital y Verín, y el 20% en los de Xinzo de Limia y Laza.
En todos estos casos, se predice alternancia de nubes y claros, con prevalencia de los últimos sobre la nubosidad.

Al igual que ocurriera el pasado año y como corresponde a una fiesta que cae tan baja en el calendario, no estará demás disfrazarse convenientemente abrigado u optar por disfraces que ya lo sean, porque las temperaturas serán bajas.
Tanto en Xinzo de Limia, como en Laza y en Verín, los termómetros llegarán a bajar a los cero grados, no así en la capital donde, a lo sumo, se prevé bajar poco de los dos grados positivos en los termómetros.
En cualquier caso, no se prevé un Entroido tan frío como el del pasado año, donde se llegó en varios puntos de la provincia a los -2, y en Verín, incluso, a los -4. Aunque, por contra, entonces el riesgo de precipitaciones era menor.

En definitiva, teniendo en cuenta lo que lleva caído no hay de quejarse. Más si se tiene en cuenta que el Entroido este año cae 15 días más bajo que el del año pasado, cuyas fechas gordas fueron el 19, 20 y 21 de febrero.
Teniendo en cuenta las fechas que son, sólo queda pedir que las predicciones meteorológicas no cambien a lo largo de la semana que se abre este lunes y que, en el peor de los casos, el riesgo de lluvias se mantenga donde actualmente se halla fijado, nunca por encima de un 25% de probabilidades de que llueva.