El Pozo de Bombeo de O Couto que entrará en servicio para captar las aguas de la ciudad, es, fundamentalmente, un pozo circular de 25 metros de diámetro, al que se adosa la cámara de entrada de los interceptores. Y que se divide en 3 zonas o áreas bien diferenciadas: la llamada "zona de grosos" y área de reparto; el propio pozo de bombeo o zona húmeda; y el pozo de bombas o zona seca.
La profundidad del pozo es la máxima de la excavación que se ha practicado donde se ubica, en la intersección de los ríos Barbaña y Miño: 25 metros.

La "zona de grosos" y área de reparto la constituyen un foso que es el encargado de retener los sólidos que lleguen al pozo de bombeo, y las entradas de alimentación al pozo de bombeo.
El foso que se encarga de retener los sólidos tiene, además, la misión de facilitar la extracción de la materia sólida. Las entradas al pozo de bombeo permiten, como su nombre indica, el paso de caudales a dos recintos que descargan en la siguiente cámara.

El pozo de bombeo o zona húmeda, lo conforman la zona de entrada que tiene una pendiente de 45 grados y que termina en un muro frontal "tranquilizador"; y la zona de aspiración, que va desde ese muro al muro separador de la zona seca, donde se sitúan las seis aspiraciones de las correspondientes bombas.
Los seis grupos de bombeo se ubican en la zona contigua es decir, en la zona seca o pozo de bombas. Aquí está todo lo que compete al proceso de bombeo de líquidos a la Estación Depuradora de Aguas Residuales de la ciudad en Reza.

Otra de las piezas importantes de la nueva planta es el llamado tanque de tormenta. Se trata de un recinto de planta rectangular de 40 metros por algo menos de 25, subterráneo, que se divide en dos módulos. Tiene una capacidad de 3.395 metros cúbicos. El tanque se ubica a unos 18 metros de profundidad, y va justamente bajo el futuro aparcamiento que incluye el recinto de Bombeo.

Por último, el edificio exterior es un inmueble de dos alturas que se comunican únicamente por escaleras. De aspecto singular, la estructura combina los materiales empleados precisamente en las estructuras del control de saneamiento de la ciudad, como son el acero, el vidrio, el granito y la pizarra.