Un paso por detrás de la victoria anticipada, nada de triunfalismos. Pareció ser la consigna que marcó los discursos de cierre de campaña del Partido Popular en la capital ourensana en el mitin de pasadas las ocho de la tarde de este jueves. De ahí que el presidente del PPdeG, Alberto Núñez, afirmara, cauto, que "o domingo decidimos se o próximo lunes é outro lunes al sol para España ou é un luns para a esperanza".

No llovía afuera como hace dos días cuando el cierre de campaña de los socialistas en el mismo recinto, el Pabellón de Os Remedios, pero aunque los populares reprocharon al PSOE que achicara el aforo de la cancha central del recinto trayendo a la mitad el escenario, el abarrote fue mayor con Felipe González que con Alberto Núñez. En cualquier caso, los mítines sólo sirven para que los candidatos y los líderes se den un baño de masas: el voto de los que asisten está decidido y es suyo de antemano.
Tres primeras filas reservadas a los ilustres del partido: en la primera los pesos pesados, en la segunda concelleiros del GM del PP en la ciudad y jefes territoriales, entre otros, y familiares y afines con mucho roce de los de la primera fila en la tercera. Entre ellos, la familia al completo del patriarca, José Luis Baltar.

Como Feijóo tardaba, Rosendo Fernández tomó el atril para disimular el retraso del boss. Improvisó lo suficiente como para que llegara el presidente del PPdeG, y se difuminó en el acto como está mandado en estos casos.
Luego Manuel Baltar explicó la diferencia de votar el domingo a un líder con propuestas concretas para un cambio necesario, en vez de a una prolongación de un Gobierno con quien todo se podría rubalcabar. A Baltar junior le gustan los juegos de palabras, y pareció conseguir, incluso, que Feijóo reparara en alguno de ellos.
Recordó los objetivos a lograr en Ourense: Mariano Rajoy en Moncloa; 3 diputados en el Congreso en vez de 2; y 75% del voto al Senado.

Tras el dilema planteado a los asistentes de consumar el domingo los lunes al sol o o los "luns para a esperanza", Feijóo dijo comprender que aún haya ciudadanos que tengan dudas de los políticos, pero añadió, de inmediato, que "uns aínda mantemos o beneficio da dúbida, e outros só se presentan co perxuizo xeneralizado que supón a súa xestión".
Mariano Rajoy es, según Alberto Núñez, una cuestión de "sentido común". Apuntó que para que el país cambie "compre comezar polo Goberno", que es preciso recuperar la confianza para crear empleo, un presidente y un Gobierno "que saiba xestionar a economía coa que se financian os servizos públicos".

Ningún triunfalismo de Núñez Feijóo y advertencia para cerrar el discurso: "o próximo luns pode haber un Goberno que pense que todo o fixo ben e que todo siga igual, ou outro, o do Partido Popular, que pense que hai que cambiar desde o primeiro momento para correxir os erros que nos trouxeron ata aquí".