En un tono absolutamente conciliador, el que caracteriza al presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Fernández Liñares se refirió en su intervención en el transcurso de la Jornada de la “Gestión Sostenible del Agua para un Desarrollo Sostenible” a dos aspectos que, a decir del titular de la Confederación, no convendrá descuidar. Por un lado “esta de moda la recuperación de costes”, dijo; por otro, lo que se deriva de “la imposición de caudales psicológicos”.
El primero se traduce en el caso de Galicia en esa Lei da Auga recientemente aprobada en el Parlamento gallego, para la que el presidente de la CHM-S recomendó “las explicaciones debidas y adecuadas”.
Fernández Liñares ni cuestionó dicha Ley ni el derecho que las administraciones tienen a la ahora de implementarla, pero sugirió a las administraciones hacerlo siempre “aplicando las tarifas adecuadas”. Para lo que en muchos casos no estaría de más llevar a cabo un preceptivo estudio de campo.

No es asunto baladí el simple hecho de que, mientras en las ciudades el ciudadano sí está ya acostumbrado a satisfacer un canon por el uso y consumo del agua y todo lo que esta conlleva, “en muchos pueblos la gente sigue creyendo que el agua es eso que la envía el Señor de arriba”.
En los últimos años, siguió diciendo Fernández Liñares, todo ha cambiado en materia medio ambiental y mucho para bien, refiriéndose el presidente de la CHM-S a que actualmente existe un Ministerio Medio Ambiente igual que las administraciones autonómicas disponen de consejerías de Medio Ambiente y los ayuntamientos de ciudades y las principales villas de dichas concejalías. “El Medio Ambiente ha pasado a impregnar nuestras vidas”, señaló Fernández Liñares al advertir que “la imposición de caudales psicológicos va a ser una regla”.

Aquí, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil advirtió que se planteará (de hecho en algunos casos ya se está planteando) una lucha entre los intereses empresariales de las hidroeléctricas, sobre todo, y “los de los colectivos que nos dicen que los ríos merecen más respeto”.
En tal punto, Fernández Liñares reivindicó la neutralidad, objetividad e independencia del organismo que preside, y afirmó que “tenemos que ser muy objetivos para que los ecos de ambos lados no nos hagan mella”.
“Todo el mundo quiere tener su lugar, y nosotros tenemos que permanecer en uno equidistante de todos los demás”, concluyó el presidente del organismo de cuenca a este respecto.