No tienen por qué necesariamente ser violentas ni todas las tribus urbanas terminar delinquiendo, pero estadísticamente ocurre en demasiados casos. Por eso los organizadores, el Sindicato Unificado de Policía, considera que es necesario estar siempre preparados. Incluso en ciudades pequeñas y tan tranquilas como es Ourense. Se dijo este miércoles al abrirse el “I Curso de tribus urbanas” que se celebra hasta el viernes en el Centro Cultural de la Deputación. Hasta Ourense ha venido un tal David Madrid, el nombre supuesto de un agente policial infiltrado en estas organizaciones y que las conoce muy bien por dentro.
 
 
Los comportamientos de las tribus urbanas son analizados en un curso del SUP en Ourense  

22 de OCTUBRE de 2009: OURENSE DIXITAL

Cabezas rapadas, indumentaria característica, acciones en grupo, violencia, organizaciones latinas y aspectos legales..., son algunos de los temas que abarca lo “I Curso de tribus urbanas” que se desarrollando en el Centro Cultural de Ourense, y que organiza el Sindicato Unificado de Policía (SUP). Al curso asisten un centenar de agentes del Cuerpo Nacional de la Policía, Guarda Civil y Policía Local.
El objetivo del curso que se prolongará hasta este viernes,  es formar a los agentes en estas nuevas tendencias sociológicas que, en muchos de los casos, rematan en violencia de grupos organizados, principalmente en los ámbitos urbanos, según Roberto González, responsable provincial del SUP y organizador de las jornadas.

Aunque Ourense es una ciudad donde los índices de delincuencia son bajos, no se puede obviar que este tipo de organizaciones puedan tener simpatizantes en cualquier lugar, sean ciudades grandes o pequeñas, señaló Roberto González.
El ponente del curso es David Madrid, nombre supuesto de un agente policial experto en tribus urbanas que pasó varios años infiltrado en estas organizaciones para conocer su funcionamiento, las fuentes de financiación y todas las claves que convierten la este tipo de grupos en colectivos perfectamente organizados.

David Madrid afirma que con este tema “no hay que ser sensacionalistas ni alarmistas, pero es algo que tenemos en todas las ciudades y contra lo que debemos actuar. Hay que dejar claro que pertenecer la una tribu urbana o la un grupo juvenil característico no significa ser violento, pero en muchos casos en estos colectivos hay personas violentas que arrastran a la otras, y contra eso tenemos que estar preparados y trabajar para evitar que proliferen”.

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