La CSIF-F, Central Sindical Independente y de Funcionarios, denuncia en un comunicado que "se está llevando a cabo y de forma sistemática una reducción de plantilla en el servicio de la Policía Local", extremo atribuído al actual equipo de Gobierno "desde su llegada al mismo en el 2007", dice esta central sindical. Reducción que, según la CSIF-F, evidencia de nuevo la Relación de Puestos de Trabajo, RPT, de 2009 recientemente aprobada.
Así mismo, la organización sindical repara en el hecho de que el concelleiro responsable de la Policía Local, el nacionalista Fernando Varela Parada, "tras manifestar en repetidas ocasiones que es necesario aumentar la plantilla, permite esa reducción", así como que la administración local persista en no convocar las vacantes.
La Policía Local de Ourense "cuenta con una plantilla envejecida, con el añadido de las numerosas bajas, y carece de puestos de segunda actividad como establece la Ley de Coordinación para los mayores de 58 años", denuncia la organización sindical. Según la CSIF-F, los únicos puestos de segunda actividad "consisten en enviar a los agentes mayores a prestar servicios en la calle".
Según los datos que maneja la central sindical, la Policía Local de Ourense dispone de 128 agentes, "32 menos que los recomendados por la propia Administración", señala la CSIF-F.
La escala de mando se ha reducido en 4 efectivos, un inspector y 3 oficiales menos, "reducción que no está fundamentada", se señala, mientras la plantilla tiene ahora mismo 3 inspectores, número insuficiente para atender el servicio, "teniendo que realizar estas labores personal de la escala básica", denuncia la CSIF-F.
Los chalecos antibalas están caducados y los agentes utilizan sus propias armas
La CSIF-F enumera media docena de carencias materiales que actualmente padece la Policía Local ourensana.
En primer lugar, destaca la organización sindical la "falta de vehículos policiales", que habría obligado a realizar servicios de informes a pié, que las patrullas de Atestados de Tráfico hubieran de realizar servicios en una furgoneta no apta, además de los problemas que tienen varios vehículos para pasar la ITV.
Se denuncia, además, la falta de armamento, que hace que "varios policías se ven obligados a prestar servicio con sus propias armas"; el hecho de que "los chalecos antibalas se encuentran caducados", así como que los armeros para guardar las armas de dotación son insuficientes, por lo que "algunos se ven en la obligación de guardar el arma en la taquilla".
Fallan las comunicaciones, que la CSIF-F califica de "deficientes", los portátiles de "anticuados y obsoletos", y todavía no se ha adjudicado la uniformidad, "con lo que si un policía durante el servicio rompe alguna prenda, no tiene posibilidad de reponerla".
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