El alcalde de Rairiz de Veiga votó antes una moción de la oposición de que esta fuera leída, y lo hizo sólo cuando la secretaria le advirtió de que no podía levantar la sesión y marcharse del Salón de Plenos sin que la oposición diera lectura, al menos, al texto de la moción.
El pintoresquismo del ahora popular Xosé Xaquín Rodríguez Ambrosio se proyecto la mañana de este jueves, bien temprano, más allá de la hora para la que había fijado el pleno, las siete y media de la mañana. Es decir, con las primeras luces del día.

A los cinco minutos de iniciada la sesión que habían forzado los tres concelleiros del PSOE y Compromiso por Galicia, el regidor municipal dijo que "esto está máis que debatido" y planteó votarla: seis votos en contra y a favor los 3 proponentes.
Una vez hecho, Rodríguez Ambrosio levantó la sesión y se dispuso a abandonar el Salón de Plenos.
Primero protestaron los portavoces, a lo que el Rodríguez Ambrosio respondió: "quen manda é o alcalde e esto xa está votado".
Pero luego la secretaria le advirtió de que, cuando menos, la sesión no podría levantarse hasta que los proponentes dieran lectura al texto de la moción.
Rodríguez Ambrosio dijo que lo escucharía desde fuera, pero finalmente optó por volver al Salón de Plenos y sentarse para escuchar la moción.
Una vez cumplimentado el trámite, el pleno concluyó.

El portavoz del PSOE calificó de "lamentable" la actitud del alcalde, primero por la hora para la que convocó el pleno, y luego por ningunear los asuntos a tratar y a la oposición, llegando a calificar la sesión "de cachondeo". El portavoz socialista incidió en que están en juego también los puestos de trabajo de 30 personas con la no renovación de los compromisos del Concello con la Xunta de Galicia.
Por su parte, el portavoz de Compromiso por Galicia incidió en el hecho de la falta de explicaciones por parte del alcalde en el pleno, y calificó la actitud de Rodríguez Ambrosio de "nada transparente" Según Esteban Campos, el Concello de Rairiz es ahora mismo "un concello en bancarrota" con una deuda al Consorcio do Benestar de la Xunta de Galicia de 250.000 euros a día de hoy.