El colectivo ecologisa Matar por matar, NON ha dirigido este lunes un escrito al presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Francisco Marín, por la que le piden al presidente del organismo de cuenca la "fiscalización" de los trabajos llevados a cabo en un aparte del río Carrás en O Carballiño, donde se han talado "docenas de los mejores ejemplares de alisos, sin que, aparentemente, exista causa alguna que lo justifique".
En representación de dicho colectivo, su presidente, Julio Fernández, expone al titular de la CHM-S que la actuación llevada a cabo estos días en el Carrás con fondos FEDER "en nada se asemeja" a las de otras actuaciones llevadas a cabo bajo las directrices de la Confederación Hidrográfica, así como que los árboles talados "se mostraban saludabes y sin síntoma alguno de enfermedad".

Por contra, expone Matar por matar, NON  que "en lugar de limpiar, repoblar, eliminar la maleza y ofrecer madera a los lugareños, la intención ha sido el expolio de los mejores árboles de los márgenes, no sabemos si con el conocimiento de esta Confederación, cuyas labores contratadas se supone que debería fiscalizar", señala el colectivo.
Por ello, el titular del mencionado colectivo ecologista, plantea a Francisco Marín la necesidad de que la Confederación Hidrográfica fiscalice dichos trabajos, su adecuación a las mejoras pretendidas, la procedencia de las talas efectuadas y el destino de los cientos de metros cúbicos de madera retrirada, "que, según el proyecto, se deberían de haber puesto a disposición de los lugareños o entregarla a Cáritas". Y no descarta acudir a la Fiscalía llegado el momento.

El colectivo califica en su web lo realizado en el Carrás estos días de "destrozo y tala masiva de gran porte", y de que "parece que hay empresas que ganan más dinero con la madera que retiran que lo cobran por cortar".
Matar por matar, NON sitúa el "destrozo" a partir del Centro de Saúde de O Carballiño, río abajo, sin descartar ahora que en el Arenteiro haya podido ocurrir el mismo "desastre", dice.
Y concluye: "raro es que ni el Concello, ni el área de Medio Ambiente, ni la oposición ni nadie haya denunciado el asunto".