A 50 días para el comienzo de la Campaña Electoral, es tan cierto que ese comienzo sólo será teórico y oficial el 11 de mayo, como que, ahora mismo casi todos tienen sus estrategias perfiladas. Casi todos porque en el PP Poly ya tiene mucho con rebatir el fuego enemigo y apaciguar su casa en el siempre traumático trance de la lista electoral de los populares ourensanos.
Mientras tanto, el candidato socialista se ha erigido en estilete de las cuentas pendientes de Cabezas, Sánchez Vidal perfila su imagen del alcaldable sosegada y reflexivo, Troitiño se da a los barrios, y Valcarce saca conejos de su chistera intentado ilusionar a los empresarios de la ciudad.
Posiblemente la alcaldía de Ourense la decidirán unos cientos de votos. Ahora mismo es cuestión de afinar mucho la estrategia.

 
 
 
 
 
Estrategias  
22 DE MARZO DE 2007 : — 50

A cincuenta días para el inicio de la parte en la que todos pedirán abiertamente el voto es decir, de campaña electoral pura y dura, en todos menos en el PP la estategia está definida. Y producto de ella, apunta también en el caso de algunos dónde depositan la confianza de encontrar buena parte de sus votos.

Así por ejemplo, mientras Troitiño bucea en las inquietudes de los menos favorecidos y las necesidades de los barrios, el de Terra Galega está tocando los hilos de las organizaciones y órganos de los que manejan el capital. El líder y candidato del Partido Galeguista conecta

 
 
perfectamente en la periferia de la capital, tiene ahí un considerable depósito de adhesiones que ha sabido mantener incluso aún lejos de la política activa y los órganos de poder, y refuerza ese banco de potencial voto.
Hay dos cosas que hoy, como hace cuatro años, permiten a Troitiño López mantener su estrategia, incluso permitirían mantener los mismos sloganes y planteamientos: que los que hace cuatro años estaban jodidos hoy lo están sino más igual, y son los mismos sino más también; y que el gobierno del Partido Popular ha mimado tanto el cogollito (lo que los nacionalistas le llaman la milla de oro )de la ciudad, como abandonados ha dejado a los barrios durante los 12 años de la etapa de Cabezas en la alcaldía. Por tanto, y en conclusión, en los barrios de la ciudad hay un potencial de voto que está muy por encima de los 2.000 que probalemente aseguren un escaño en el Concello de Ourense.
Esto lo sabe también el PSOE y su candidato, Francisco Rodríguez, que por lo menos hace unos días tenía a los barrios en cartera . Sin embargo, el candidato socialista se ha centrado últimamente mucho más en revisar la gestión de los populares en los últimos años de la nefasta etapa de Cabezas.
Era visto que la herencia que Cabezas deja a Enrique Novoa le iba a pesar al candidato del Partido Popular mucho más que una enorme losa, quizá más incluso de lo que el propio Poly pueda sospechar aún poniéndose en el peor de los casos. Que Baltar diga o deje de decir no va a suponer más que lo que unas maracas o un triángulo en un grupo musical, puro acompañamiento. Esto no le servirá para disipar ni la más mínima duda de aquel que le precedió. Máxime si se tiene en cuenta que, además de candidato, Enrique Novoa sucede a Cabezas y por eso es el alcalde. El partido le hubiera hecho un gran favor colocándole a él como candidato y a otro del grupo como alcalde, y que éste se comiera el marrón de la herencia de Cabezas. ¿Se les pasó por alto o es que a Baltar le interesaba que fuera así?.
Por cierto, Baltar tampoco hará por Poly nunca más que acompañamiento. Para muestra un botón: el alcalde es un máns limpas incuestionable, pero lo dijo después del pleno, no antes. Apostar sobre seguro no tiene ningún mérito.

Pero volviendo al planteamiento de Paco Rodríguez y los suyos: el del PSOE deberá llevar cuidado en lo sucesivo. Se ha colocado como punta de lanza de una campaña o pre-campaña que populares y nacionalistas duermen . Y esto puede ser peligroso.
Además. En su partido últimamente no es tal la estrategia, sino al contrario: Zapatero llegó a Moncloa repitiendo moderación hasta la saciedad, y Touriño llegó a la Xunta repitiendo un día tras otro el mismo problema para los compañeros que cubrían su campaña, las enormes dificultades para lograr un sólo titular.
Es decir, nada de estridencias, tono moderado y al candidato moviéndose entre una gama de grises. En cambio Francisco Rodríguez no plantea así su campaña, al contrario, y el candidato socialista es, hoy por hoy, el único que denuncia un día sí y al otro también.

En el polo opuesto se han situado, descaradamente, los nacionalistas de Sánchez Vidal. Para muestra el botón del pleno extra del pasado día 15 de las empresas, el patrimonio y los bienes del alcalde. En ningún momento el candidato del BNG entró a un solo trapo de los 80 minutos que duró la sesión. No hubo muchos, pero los evitó todos, el asunto no iba con él y el planteamiento del socialista no casa con el suyo.
Sin duda que la estrategia del portavoz y candidato nacionalista no se había dejado a la improvisación, estaba perfectamente medida y definida. Sánchez Vidal es un candidato ya veterano, curtido en el puesto de aspirante a la alcaldía y en el de su propia formación (que también tiene su mucho de delicado), y no le importa tanto controlar los tiempos de la campaña como tener perfectamente definido qué hacer, qué vender , cómo responder en y ante cualquier situación que llegue.
Dicho de otro modo, a Sánchez Vidal no le importa tanto que el BNG produzca esas situaciones como producir las respuestas adecuadas. Sabe que los hechos acabarán produciéndose, sobre todo después de las vías de agua que ha dejado el gobierno de Cabezas en el cascarón de nuez del candidato del PP.

Mientras esto siga así difícilmente el candidato del Partido Popular podrá pasar a manejar los tiempos de campaña. Primero, porque ya tendrá mucho con defenderse de los ataques que el PSOE le plantea con las numerosas dudas que hereda de su paso por Urbanismo y de su predecesor; y segundo, porque sigue sin haber eliminado un quebradero de cabeza que estaba ya antes de que llegara la ofensiva de Francisco Rodríguez, la dichosa lista del PP.
Mientras esto siga así, Enrique Novoa sólo puede pedir que el enemigo dispare lo menos posible. Porque es muy difícil repeler el fuego enemigo cuando en tu base de operaciones algunos siguen escupiendo fuego por la boca a todas horas. O pone en orden la trinchera , o acabarán dándole de verdad.

Por último Terra Galega. El metódico Valcarce, amante de las estadísticas y las bases de datos, ha colocado el objetivo en el funcionariado, en su gran mayoría del propio Concello de Ourense, y en el capital. Al contrario que Troitiño, su campaña va a los estamentos de arriba, desde la CEO a la Cámara de Comercio pasando, incluso, por el Obispo de la Diócesis. Está claro que el de Terra Galega y Baltar flirtearon tanto mutuamente como que sus viveros son los mismos.
El voto del funcionario es el que es, está en las estadísticas de Valcarce y se cultiva en la diaria jornada laboral. La otra parte consiste en ilusionar a las manos que mecen la cuna del capital, asentadas desde hace años en la derecha, pero también desde hace al menos tres legislaturas desilusionadas con un alcalde esteta preocupado sólo por el fachadismo, la apariencia de la ciudad y su propia prosperidad.
Cada vez resulta más obvio que el de Terra Galega le dolerá tanto al PP como Troitiño ya le dolió al PSOE, por mucho que los populares minimicen las posibilidades de Terra Galega y los socialistas digan que el Partido Galeguista no es lo mismo que aquello que se llamó Socialistas por Ourense.